Estabas dando un paseo tan a gusto, siguiendo un sendero que «seguro que era por aquí», y de repente… todo te suena igual, no encuentras las marcas y el móvil no tiene cobertura. Bienvenido a uno de los clásicos de la naturaleza: perderse en el monte.
No te preocupes, que esto no va de supervivencia extrema ni de encender fuego con palos. Aquí van unos consejos sencillos, que puedes recordar fácilmente y que marcan la diferencia si alguna vez te ves en esta situación.
1. Para. Literalmente.
La primera reacción suele ser caminar más deprisa intentando «desperderse». Error. Si estás perdido, parar es lo mejor. Respira. Sí, ahora mismo. Tres veces, despacio. El cerebro funciona mejor cuando no está en modo pánico. Parar te permite pensar con claridad y no empeorar la situación.
2. Observa.
Mira a tu alrededor. Hay algo que reconozcas??? Un camino, una roca, una valla, un arroyo??? Gira sobre ti mismo, sin prisas. A veces, con una buena mirada tranquila, se activa la memoria. Si vas en grupo, intercambiar impresiones puede ayudar. Alguien recuerda haber pasado por un árbol caído, una fuente o una bifurcación???
3. Piensa.
Haz un repaso mental de por dónde has venido. Cuánto hace que viste una marca??? Tomaste algún desvío??? Recuerda que volver sobre tus pasos suele ser más seguro que improvisar nuevas rutas. Intenta reconstruir tu recorrido. Si has salido con niños, conviene mantener la calma para que no se contagie el nerviosismo.
4. Actúa (con calma).
Si tienes mapa, brújula o app de orientación (y cobertura), genial. Si no, intenta volver al último punto conocido. Si estás con niños, mejor quedarse quietos y juntos. Un adulto puede explorar un poco, pero sin alejarse demasiado. Evita los caminos que bajan rápidamente o que se adentran en zonas complicadas. Siempre que avances, deja marcas visibles: una piedra, una rama cruzada, algo que te permita reconocer el camino de vuelta.
5. Señales visibles.
Si ves que la cosa va para largo, hazte visible. Ropa de colores, silbato (mejor que gritar), colgar algo en un árbol, dejar señales claras si decides moverte… Puedes hacer un círculo de piedras, escribir con ramas o trazar una cruz grande en el suelo. Todo lo que ayude a los equipos de rescate a verte desde lejos cuenta.
6. Confía en la ayuda.
Avisa SIEMPRE antes de salir a la montaña. Si alguien sabe dónde estás, sabrá por dónde empezar a buscarte. Y recuerda: los equipos de rescate prefieren encontrar a alguien tranquilo en un claro que a alguien corriendo entre arbustos.
Perderse no es fracasar
Perderse en el monte puede pasarle a cualquiera. No es un fallo, es parte de la aventura. Lo importante es saber reaccionar sin miedo y con cabeza. Ser previsor, mantener la calma y conocer unos cuantos trucos puede marcar la diferencia entre un mal rato y una situación peligrosa.
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