Desde el 2010, haciendo locuras

Era diciembre del año 2008, en medio de una incipiente crisis económica, cuando decidimos que había que saltar a esa piscina. Daba igual que tuviese agua o no, era nuestro momento de saltar.

Eso sí, íbamos a saltar con un flotador, que no estábamos tan locos.

Decidimos abrir Locura de Vida tomando unas cervezas en el jardín de casa, entre risas y con ilusión. Tejimos un plan, íbamos a hacer las cosas con calma. Primero comercializaríamos actividades de otras empresas y cuando tuviésemos peso en internet, comenzaríamos a hacer nuestras propias actividades. Sonaba muy bien el plan.

Pero tú haces unos planes mientras que la vida hace otros.

Y el plan que tenía la vida para nosotros era una maravillosa niña rubia que decidió trastocar todos nuestros planes.

Locura de Vida tenía que crecer o morir, el flotador no aguantaría el peso de un bebé.

Y decidimos hacerla crecer, en mayo de 2010 Locura de Vida comenzó a ser una empresa de turismo activo al uso, hacíamos las actividades típicas de la zona: barranquismo, vía ferrata, senderismo, puenting, cicloturismo….

Éramos normales

Por desgracia, sí, éramos igual que el resto de las empresas, hacíamos lo mismo, en los mismos sitios y con la misma gente.

Era el mismo pastel pero cortado en más trozos.

Y tocó la primera reinvención, decidimos no buscar grandes agencias ni trabajar con grupos grandes, nos centramos en trabajar con el cliente final, pudiendo hacer un seguimiento mucho mayor de sus necesidades a la hora de contratar y desarrollar una actividad.

También comenzamos a exponernos en RRSS, siendo algo muy novedoso por aquel entonces, llegando a ser la empresa de turismo activo con más seguidores en redes durante varios años.

Con todo esto, vimos que había un perfil de cliente al que no se le estaba prestando toda la atención que necesitaba, a las familias con niños.

Allá que nos fuimos, comenzamos la segunda transformación.

Dejamos de hacer puenting, una actividad que era muy rentable, pero no estaba enfocada para familias. Añadimos otras actividades, algunas no cuajaron (es lo que tiene el prueba y error), y otras… otras nos abrieron todas las puertas para ya no ser normales.

Por si fuera poco, también decidimos entrar de una forma más activa en la lucha por los intereses del sector y, durante 9 años, llevamos la secretaría de la Asociación de Empresas de Turismo Deportivo de Aragón (TDAragón).

Éramos locos

Habíamos dejado de ser normales, ya no éramos como el resto.

Había actividades comunes con otras empresas, pero habíamos conseguido que si estaban firmadas por Locura de Vida se convirtieran en algo único.

Y nuestras actividades en exclusiva, actividades que nunca se habían comercializado y menos orientadas a familias.

Y llegaron los reconocimientos.

En 2017 ganamos en premio a la Mejor Experiencia Turística de Aragón con nuestra actividad de Supervivencia en Familia. Actividad en la que enseñábamos a toda la familia técnicas y recursos para sobrevivir en la naturaleza.

Un premio que nos catapultó a «la fama» a nivel nacional, ya que salimos en todos los medios de comunicación que te puedas imaginar, tanto en prensa como en radio y televisión.

En parte por la originalidad y en parte por el trabajo que hicimos para darlo a conocer. Todo ayudó.

A partir de ahí, tuvimos varias nominaciones más a estos premios y a otros como Mejor Producto turístico de España.

Y llegó una pandemia.

Ralentizamos el ritmo, pero nuestros clientes estaban allí día a día, dándonos apoyo, y aguantamos.

En diciembre de 2021, sin poder asistir a la gala de la Mejor Experiencia Turística por estar confinados y enfermos, ganamos el tercer premio por otra de nuestras actividades, la Ruta 4×4 Las Andanzas del Bandido Cucaracha.

Una actividad que ponía en valor un territorio tan inhóspito como desconocido, la Sierra de Alcubierre, en la comarca de los Monegros, a la vez que daba a conocer la vida de Mariano Gavín, un bandolero que puso en jaque a toda la zona durante mucho tiempo.

A día de hoy, no hay ninguna otra empresa que tenga dos galardones.

Y hasta aquí

A veces, en la vida, hay que parar. No porque uno quiera, sino porque el cuerpo te lo impone.

Y eso es lo que pasó.

En esta Locura éramos dos personas, los padres de la rubia que os nombraba al principio, Chapi y yo, Chus.

Chapi era el músculo de Locura de Vida, el que realizaba la mayoría de las actividades físicas.

Y yo era el cerebro, la que se pegaba horas en el ordenador diseñando, atendiendo a los clientes, pensando cada paso de la nueva estrategia.

Pero el músculo se lesionó, de una manera tonta, pero se lesionó feo. Esa lesión impedía dar la seguridad que siempre nos había caracterizado.

Le dimos muchas vueltas, cómo hacerlo, cómo enfocar otra vez las actividades… no lo vimos factible y decidimos cerrar con toda la pena del mundo.

Pero podemos seguir

Ya no podemos seguir haciendo actividades como lo habíamos hecho hasta ahora, pero todo ese conocimiento y potencial que hemos adquirido a lo largo de estos años, no queremos que se pierda.

Por eso volvemos.

Queremos compartir todos esos aprendizajes para que el sector del turismo activo sea mejor, para que tu idea se convierta en tu empresa, para que tú también hagas realidad esa locura.

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